Un joven dijo: “Quisiera preguntarle a Dios por qué permite la pobreza, hambruna, e injusticia, cuando fácilmente podría hacer algo al respecto.” Su pastor respondió: “Y, ¿por qué no se lo preguntas?” El joven se detuvo, como si se le ocurriera un nuevo pensamiento, y lentamente respondió: “Porque me temo que Dios a lo mejor me pregunta a mí lo mismo.”

Cuando nos damos cuenta de un problema o necesidad, Dios espera que intervengamos. Él puede querer que oremos, demos dinero o energía, o que participemos personalmente. Dios rara vez interviene para hacer lo que nos ha equipado a nosotros para hacer.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra lo que Dios espera de nosotros . . . en su Minuto en la Biblia.