Satanás es implacable con su ataque en contra de la obra de Dios, y por eso, no debemos pensar en “si llegan a venir problemas” sino en “como” y “cuando” van a venir. El trabajo de todo cristiano y de todas las iglesias locales es guardar el pacto, acordarnos de todas las responsabilidades implícitas en estar bajo el señorío de Cristo.