Muchas veces oramos y no parece haber una respuesta, o al menos, la respuesta tarda mucho en llegar. Nos desanimamos pensando que a Dios no le importa. Es posible, así como lo descubrió Daniel, que la respuesta a nuestra oración ha sido retrasada por la intervención de seres celestiales hostiles. Daniel 10:1-21
El mercado de la vivienda, el alza de las tasas de desempleo y predicciones alarmantes para el futuro financiero del mundo - nos encontramos ante el m...