Durante un momento particularmente difícil, David se sentía solo y desanimado. Fue abandonado por los amigos, el rey Saúl lo perseguía, y él estaba preocupado por su vida. En el medio de la prueba, David abrió su corazón a Dios. Las palabras que él escribió revelan una manera de salir de nuestra soledad.
Dado el mundo en el que vivimos, es fácil entender la desesperanza: guerras, ataques terroristas, enfermedades incurables, pobreza, desastres natural...