Hay enseñanza que dice que los cristianos no deben desobedecer a las autoridades por ningún motivo. Pero en Daniel vemos un ejemplo perfecto de un creyente que sabía los motivos correctos—el momento y el lugar— por qué desobedecer. Por desobedecer al hombre para obedecer a Dios, fue bendecido. Daniel 1:1-8