Al parecer, esto no había sucedido antes: el Papa de Roma almorzando con los trabajadores en la cafetería del Vaticano. Pero eso es lo que el Papa actual hizo. Se puso en fila, escogió su comida y se sentó a la mesa con un grupo de trabajadores asombrados. Yo digo: “Buen gesto del Papa Francisco.” Consistentemente se gana su reputación como hombre humilde.
Todos podemos ganarnos esa reputación. Todos tenemos maneras en que podemos decir: “¿Puedo acompañarlo?” en la vida; compartir unos momentos de conversación y gracia con aquellos que la sociedad tal vez pasa por alto. Eso fue lo que hizo Jesús, ¿verdad?
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra cómo Dios bendice la humildad . . . en su Minuto en la Biblia.