Cuando a alguien se le dice una mentira, se le hace daño innecesariamente. Pero pienso que el mayor daño lo sufre el que dice la mentira, debido a algo que expresó Cicerón, el filósofo romano. Dijo: “Al mentiroso no se le cree aun cuando diga la verdad.” Una vez que decimos una mentira, es difícil que se vuelva a confiar en nosotros. Puede llevar años reparar el daño que una mentira le hace al carácter de uno.
Con razón la Biblia pone tal énfasis en que seamos veraces. Es la única manera de ganarnos el derecho de que se confíe en nosotros.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra las razones de Dios para decir la verdad. . . en Su Minuto de la Biblia.