A Miles Davis, famoso trompetista de jazz, se le conocía como minimalista. Trataba de usar el menor número de notas posible, para hacer significativa cada nota. Les decía a sus pupilos: “Piensen en una nota; y no la toquen.” ¡Me gusta eso! Cada nota que no se toca significa una oportunidad menos para equivocarse.
El presidente Coolidge tenía una filosofía similar respecto a las palabras. Decía: “Nunca me ha hecho daño algo que no he dicho.” Pienso que el apóstol Santiago concordaría con ambos: Sé “tardo para hablar,” escribió. Eso significa escoger nuestras mejores palabras.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el poder de Dios para escoger sabiamente las palabras . . . en Su Minuto de la Biblia.