Quien haya visto gansos o garzas volando a poca altura en formación de V, habrá oído también que graznan incesantemente mientras vuelan. Algunos piensan que graznan para beneficio del que vuela a la cabeza de la V, como para decirle: “¡Sigue volando! ¡Te seguimos justo detrás! ¡Estás haciendo un gran trabajo!”
No podemos saber, desde luego, si el ave que va a la cabeza de la formación lo interpreta de esa manera. Pero lo que sé es esto: Nosotros, los seres humanos, necesitamos ese tipo de estímulo. Busque hoy a alguien y déle una versión humana de un “graznido”: una palabra de estímulo o elogio.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra las maneras de Dios para animar . . . en su Minuto en la Biblia.