La primera conferencia de la Iglesia tuvo lugar en Jerusalén alrededor del cincuenta después de Cristo. Los creyentes de Antioquía tenían una cuestión teológica que necesitaba opinión de los dirigentes, así que viajaron a Jerusalén para buscar una solución.
La solución a que llegaron sin duda no contentó a todos por completo, pero tenían objetivos más altos: fidelidad a la verdad, la unidad de toda la Iglesia, y amor de unos a otros. Se humillaron delante de Dios y unos a otros, y Dios les dio consenso. Es un buen modelo para seguir cuando surgen los desacuerdos.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la manera de Dios de buscar un acuerdo . . . en su Minuto en la Biblia.