C. S. Lewis escribió que “Dios nos susurra en nuestras alegrías, nos habla en nuestras dificultades, y nos grita en nuestro dolor.” Una de las palabras más claras que Pablo recibió de Dios fue cuando sufría en serio. Pablo le pidió a Dios que le quitara su aflicción. En lugar de quitársela, Dios le dio a Pablo una revelación maravillosa sobre la suficiencia de Cristo para atender sus necesidades; se puede leer al respecto en Segunda a los Corintios doce.
Aunque ninguno de nosotros quiere sufrir, si nos hallamos allí debemos hacer una cosa: escuchar la voz clara de Dios en su Palabra.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la voz de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.