Cuatro amigos jugaban golf un domingo por la mañana cuando un aguacero los obligó a volver al club. Allí encontraron que no había electricidad, así que la cafetería estaba cerrada. “Vaya, mejor hubiera ido a la iglesia esta mañana,” dijo uno. “Ay no, no hubiera podido ir de todas maneras. Mi esposa no se siente bien.”
Muchos consideran la asistencia a la iglesia de manera diferente a casi cualquier otra reunión. Algunos la consideran último recurso, y otros como si fuera un rito con protocolo a seguir. Pero Dios la ve de manera diferente; como un tiempo para reunirse con su familia.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva . . . descubra la perspectiva de Dios en cuanto a la iglesia . . . en Su Minuto de la Biblia.