Vaya a los más grandes laboratorios de investigación de la humanidad, y se impresionará con lo que se ha hecho. Pero siéntese en un prado y contemple las vacas pacer, y rápidamente verá los límites del hombre: Ningún científico ha logrado figurarse todavía cómo convertir la hierba en leche.
El hombre es brillante, creativo, e industrioso, con certeza. Pero hay límites a lo que podemos hacer. Para algunas cosas el hombre es adecuado; para todo lo demás está Dios. La Biblia dice que nada es imposible para él. Si ha llegado a los límites de su capacidad para resolver problemas, ¿por qué no acudir a Dios?
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva . . . descubra la capacidad ilimitada de Dios . . . en Su Minuto de la Biblia.