Se ha dicho que pocas cosas pueden interrumpir un debate entre amigos; cosas como una alarma de incendio o el silbato que indica que se acabó el receso. Pero la manera más certera de acabar con tal debate es la llegada de alguien que en realidad sabe de qué está hablando.
Es naturaleza humana especular y debatir; pensamos que toda persona tiene derecho a su opinión. Pero la Biblia tiene un concepto interesante sobre la especulación: por lo general conduce al error. Por consiguiente, la especulación acaba siendo una manera divertida de seguir el camino errado.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva . . . descubra el camino de Dios para hallar la verdad . . . en Su Minuto de la Biblia.