Un novelista observó que “los necios viven para lamentar sus palabras en tanto que los sabios lamentan sus silencios.” Me recuerda lo que dijo un estadista inglés: “Todo lo que se necesita para que el mal triunfe, es que los buenos no hagan nada.”
Gracias a Dios que Jesucristo no fue un hombre bueno que no hizo nada. Vino al mundo para confrontar el mal, para destruir las obras del diablo. Por su muerte y resurrección selló el destino del diablo, pero nos corresponde a los que somos sus seguidores continuar venciendo el mal con el bien en este mundo.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el poder de Dios para hablar. . . en Su Minuto de la Biblia.