Hace poco, un hombre en Australia salía del vagón del metro, cuando se resbaló y su pie quedó atrapado entre el vehículo y la plataforma de concreto. En pocos segundos, toda la multitud de pasajeros puso sus manos sobre el costado del coche y empujaron a una, permitiendo que el hombre sacara su pierna.
Ningún pasajero por si sólo hubiera tenido la fuerza para hacerlo, pero trabajando juntos salvaron la vida del hombre. El apóstol Pablo habla de la Iglesia, el cuerpo de Cristo, de la misma manera. Todo miembro individual es importante; todos tienen un papel que desempeñar.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra su papel en la Iglesia de Cristo . . . en su Minuto en la Biblia.