Un universitario conducía el vehículo en que su profesor dictaba una conferencia en una gira. Había oído tantas veces lo que el profesor decía, que lo había memorizado. Así que el profesor le pidió que pronuncie la conferencia en la siguiente ocasión, y el profesor haría de chofer. El universitario pronunció la conferencia a la perfección, pero entonces alguien hizo una pregunta sobre algún aspecto científico. El universitario respondió: “Vamos, has hecho una pregunta tan sencilla que incluso mi conductor puede responderla.”
¿La moraleja? No pretendas ser alguien que no eres. Sé lo que Dios te hizo.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la persona que Dios lo creó para ser . . . en su Minuto en la Biblia.