El teólogo Paul Tillich notó cómo el idioma capta dos lados de estar solo. Usamos la palabra “solitario” para expresar el lado negativo, incluso doloroso, de estar solo. Pero usamos la expresión “a solas” para expresar el lado positivo de estar solos. Dos personas pueden estar solas, pero ver su experiencia de maneras opuestas.
Cuando Jesús se fue a solas a orar, no estaba solo. Más bien, disfrutaba de un momento de estar solo. De hecho, en realidad no estaba solo porque estaba reunido con su Padre celestial en oración. Incluso cuando estamos solos, Dios está con nosotros. Ha prometido que nunca nos dejará.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra la presencia de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.