Se dice que Abraham Lincoln nunca olvidaba un favor y nunca recordaba una ofensa. El predicador inglés W. Graham Scroggie dijo que eso era “la moralidad de la memoria”; escoger recordar lo bueno y escoger olvidar lo malo.
Si lo que se dice de Lincoln es verdad, se debe a que había leído lo que Pablo dice en Primera a los Corintios trece, versículo cinco: “el amor no guarda rencor.” Pablo no dice que literalmente podemos obligarnos a olvidar el daño sufrido. Lo que quiere decir es que podemos escoger no recordarlo. Podemos escoger ver a otros como Dios los ve; con amor incondicional.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el amor de Dios . . . en su Minuto en la Biblia.