Una vez leí que es imposible tener una mente abierta y la boca abierta al mismo tiempo. En otras palabras, los que hablan todo el tiempo, y nunca que escuchan lo que otros dicen, difícilmente pueden tener un criterio amplio. La única manera de crecer nuestra comprensión es dejar de hablar y empezar a escuchar; especialmente escuchar a Dios.
Una de las invitaciones más hermosas de la Biblia viene de Dios y está en Isaías 1:18: “Venid luego,” dice Dios “y estemos a cuenta.” ¡Qué asombroso es que el Dios del universo nos invite a tener una conversación con el! Pero debemos estar dispuestos a escuchar.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra los pensamientos de Dios . . . en Su Minuto de la Biblia.