Si pudiera, haría inscribir Proverbios 22:1 en el salón de toda junta de empresas, instituciones financieras y oficinas del gobierno; en todo lugar en donde el dinero cambia de manos; incluyendo iglesias y ministerios. Dice: “De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, / Y la buena fama más que la plata y el oro.”
En años recientes hemos visto cómo la reputación de muchos que parecían ser buenas personas, dirigentes en sus oficios, quedó permanentemente manchada por su deseo de enriquecerse. Pero en lugar de juzgar, debemos recordar el valor de nuestro nombre y del nombre de Dios; y prometer mantenerlos puro.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra las riquezas de Dios . . . en Su Minuto de la Biblia.