Muchos hacen grandes esfuerzos procurando que la gente hable bien de ellos. Pero Jesús dijo lo contrario: “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!” Se refería al tiempo en la historia de Israel cuando los falsos profetas tenían grandes reputaciones.
Nuestra primera preocupación en la vida no es la reputación, sino el carácter; y carácter esencialmente es nuestra reputación a los ojos de Dios. Si Dios aprueba nuestro carácter, entonces habrá algunos de este mundo que no hablarán mal de nosotros, o lo harán. Muchos hablaron mal de Jesús, así que por lo menos estaremos en buena compañía si eso sucede.
Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra cómo Dios mide el carácter . . . en Su Minuto en la Biblia.