Se dice que el presidente Lincoln dijo: “Muchas veces me ha hecho caer de rodillas la abrumadora convicción de que no tengo adónde ir. Mi propia sabiduría, y la de todos los que me rodean, parecía insuficiente para el día.” Como el presidente Lincoln, yo también he estado allí; y supongo que usted también.

Si no sabe a quién acudir hoy, ¿por qué no caer con humildad de rodillas y pedirle ayuda a Dios? No sé cuál sea su relación con Dios, pero lo que sí sé es que Dios es bueno; que Dios le ama y se preocupa por toda parte de su vida, hoy.

Le habla David Jeremiah animándole a que tome el camino a una vida nueva. Descubra el amor de Dios . . . en Su Minuto en la Biblia.